¡Buenas compañeros!
Juan Pablo Méndez es un joven que desde hace un buen tiempo descubrió
la belleza de la libertad, la música, la poesía, la medicina y el teatro. Es un
gran compañero mio, reside en la ciudad de Bogotá y les quiero compartir dos de
sus poemas.
Sueños
En
esas tardes de humo verde
en las que me mecía sobre arcoíris inmensos,
varios sueños me desvelaban sin receso,
sueños de muchas convicciones y verdades.
en las que me mecía sobre arcoíris inmensos,
varios sueños me desvelaban sin receso,
sueños de muchas convicciones y verdades.
Soñaba
con textos claros y directos,
con animales libres y contentos,
con escuelas sin zombies, ni puestos,
con gente sin apetito y con sueños,
¡Eran sueños próximos a realizar!
con animales libres y contentos,
con escuelas sin zombies, ni puestos,
con gente sin apetito y con sueños,
¡Eran sueños próximos a realizar!
En
esas tardes de bolillos y gases
no contaba con sueños,
contaba con compañeros,
con compañeras.
no contaba con sueños,
contaba con compañeros,
con compañeras.
En
esas tardes de humo negro
en las que solía caminar por suburbios de distancia lejana,
me incomodaba una sensación,
una extraña sensación que a mis pies congelaba
y que a mis ojos traía frustración,
que me obligaba a buscar maneras para voltear,
destruir y construir algo mejor,
un mundo que para ellos y ellas
seria poco mas que Caótico,
pero que para mi,
para mis compañeros y compañeras
seria el mundo de la completa libertad.
en las que solía caminar por suburbios de distancia lejana,
me incomodaba una sensación,
una extraña sensación que a mis pies congelaba
y que a mis ojos traía frustración,
que me obligaba a buscar maneras para voltear,
destruir y construir algo mejor,
un mundo que para ellos y ellas
seria poco mas que Caótico,
pero que para mi,
para mis compañeros y compañeras
seria el mundo de la completa libertad.
Juan Pablo Mendez
Solía
Su
cuerpo solía ser un valle de montañas,
solía correr y atacar
y solía prender el mio de alegrías.
Su voz solía cuestionar
y procuraba nunca parar de gritar.
En preludios mañaneros esa voz
solía preguntar por un mañana,
aunque no siempre frotaban excelentes palabras.
solía correr y atacar
y solía prender el mio de alegrías.
Su voz solía cuestionar
y procuraba nunca parar de gritar.
En preludios mañaneros esa voz
solía preguntar por un mañana,
aunque no siempre frotaban excelentes palabras.
Esas
piernas escapaban de la rutina y la represión,
solían volar de prisiones
y caminar por lagos de muertos indolentes.
solían volar de prisiones
y caminar por lagos de muertos indolentes.
Aquellos
negros ojos,
navegaban en océanos de palabras
y selvas de libros,
solían verme y reflejar
utopías sin parar.
navegaban en océanos de palabras
y selvas de libros,
solían verme y reflejar
utopías sin parar.
Ahora
su cuerpo solo folla sin parar,
su voz no para de verborrear,
y sus piernas acompañan pequebus de la ciudad,
y sus ojos,
esos negros ojos ven realidades erróneas
abastecidas de falacias burguesas.
su voz no para de verborrear,
y sus piernas acompañan pequebus de la ciudad,
y sus ojos,
esos negros ojos ven realidades erróneas
abastecidas de falacias burguesas.
Eres
la misma, pero estas distinta.
¡Ya no sos igual!
¡Ya no sos igual!
Juan Pablo Mendez
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